No hay camas para tantos internos en el Centro de Inserción Social (CIS)
Evaristo Martín Nieto, el único de régimen abierto que posee la
provincia de Málaga. Según denunció ayer UGT, el pasado martes llegó a
un centro ya de por sí saturado un grupo de 25 presos de tercer grado
procedentes de la prisión provincial de la localidad. La falta
de espacio obligó a la dirección a crear un "módulo virtual" y enviarlos
a casa. "A los internos se les aplica el artículo 86.4 del reglamento,
van, firman y cumplen la condena en su domicilio", explicó Antonio
González, responsable de UGT Prisiones en Málaga, que también subrayó
que el trabajo que soportan los funcionarios "es inasumible".
Cuando envían a un interno al CIS "se establece una etapa de
observación, se le realiza un plan individualizado de tratamiento y si
acreditan un puesto de trabajo o actividades formativas fuera, sólo
tienen que regresar al centro para dormir", comentó el delegado
sindical, que también apuntó que el uso de medidas telemáticas de
control, como pulseras y tobilleras, posibilitan este alejamiento físico
del centro. Sin embargo, la "avalancha" de esta semana ha impedido
actuar con la normalidad establecida y estos internos que deberían de
permanecer en el centro fueron enviados a casa. "La dirección ha
intentado solventar una situación extrema, no le ha quedado otra", dijo
González, pero puso en duda la efectividad de una firma una sola vez al
día como medida de control. "Esto no se ha visto en ningún otro sitio",
apuntó.
Los internos llegan al CIS y con ellos se trasladan sus
expedientes. "El volumen de trabajo que se soporta en interior es
inasumible, pero es que la situación empeora en oficinas donde
poquísimos compañeros tienen que tramitar más de 520 expedientes, se ha
llegado a una situación insoportable", destacó Antonio González. "El
director nos participa que esta situación es pasajera y coyuntural, sin
embargo se está sentando un precedente muy peligroso", agregó.
También aseguraron desde UGT que la dirección del centro "ha
solicitado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que
la remisión de internos desde Alhaurín esté condicionada a la existencia
de plazas disponibles en el establecimiento de tercer grado". Además
pidieron una solución a este grave problema "porque lo que no es de
recibo que un Centro de Inserción Social esté tan masificado, se
convierta en un polvorín y los empleados públicos tengan que hacer
frente a una carga de trabajo inasumible". Este periódico intentó ayer
sin éxito conocer la versión del director del centro.
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