domingo, 17 de agosto de 2014

FIRMA INVITADA.VILANOVA O VILLANOVA


Es uno de los pocos casos en los que hasta la prensa confunde el apellido del político. Joaquín Villanova Rueda se llama como suena, nació en Alhaurín de la Torre hace más de cincuenta primaveras. Fue un buen estudiante y complementó su labor con los libros con acampadas, excursiones e impartiendo catequesis. Muy pronto estuvo pendiente de los demás, muy pronto empezó a echarse responsabilidades. Desde que pudo mirar hacia fuera se caracterizó su por profunda vocación social, su bonhomía y su generosidad. Fue la educación que le inculcaron sus padres, del pueblo, dos personas buenas.
Con pocos años empezó a trabajar, a ganarse el pan con esfuerzo y sin echar cuenta de las horas. Perfeccionista, nunca era suficiente para dejar las cosas bien hechas. Su actividad con los grupos cristianos de base le hizo más popular, en un pueblo pequeño donde todos se conocían, Joaquín era de la confianza de muchos padres que podían comprobar el cariño y la humanidad con que trataba a sus hijos. Quizá por todo ello, cuando con el tiempo Antonio Vega y otros muchos más quisieron dar la cara por su pueblo ante la perspectiva de implantar la prisión en su municipio y lo poco que aquello gustaba a todo el mundo, le llamaron. Era un equipo de personas limpias y emprendedoras, aspiraban a resolver problemas en favor de todos y Joaquín era alguien representativo de las virtudes que aquella candidatura política deseaba tener a borbotones.
Joaquín –como siempre- dio el paso al frente y fue elegido concejal. La hacienda Municipal estaba en buenas manos. Era muy joven y casi no se metía en política, el bienestar de sus paisanos y la transparencia de las cuentas era su objetivo. En tanto, siguió trabajando y compartiendo su labor de edil con su trabajo de contable y administrador. Tenía que sacar adelante su casa, a su mujer y a sus dos hijos –aún pequeños-. Pero un buen día los acontecimientos con mayúsculas llamaron de nuevo a su puerta. Había problemas y el Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre estaba en crisis, ya saben, varios alcaldes a un tiempo, enfrentamientos, ingobernabilidad… Y la casa sin barrer. No era fácil, pero Joaquín –una vez más- se ofreció para dialogar, para ser constructivo, para pactar por Alhaurín y que nadie saliera perdiendo. Fue complicado, pero una mayoría de concejales se agrupó por encima de intereses o siglas, acordaron no rendirse, hacer posible un gobierno estable para su pueblo en unos momentos realmente delicados. Joaquín fue uno de los que más lucharon y más facilitaron el camino con su amplio sentido común y con evidente afán de favorecer el interés general.
A pesar de todo no lo esperaba. Cuando todo estuvo listo, cuando se trataba de cerrar el círculo y dar paso al futuro, le eligieron a él. Fue una inmensa sorpresa y lo primero que se le pasó por la cabeza, lo que más le apetecía era decir que no. ¿Yo el alcalde…? Se lo pensó, casi no le dejaron. Nadie mejor que él, aquellos hombres y mujeres sabían lo que hacían –Miguel Ángel, Gerardo, Lina, José de Agustín, Fernando, Vicente, Manolo y Antonio Vega -. A finales de 1996 Joaquín Villanova se convirtió en el alcalde de Alhaurín de la Torre.
Desde ese día Joaquín no ha parado un instante de bregar en la búsqueda del progreso, liderando la mejora y el bienestar de los vecinos de Alhaurín. Relatar su tarea sería casi tan largo como hacerlo con sus logros –que ocuparía aún más espacio-. No lo haremos, baste con venir por aquí y dar un paseo, disfrutar de sus avenidas, de su infraestructura social o deportiva, baste con ver y pisar sus zonas verdes para sentir una sana envidia. Alhaurín de la Torre ya no es esa opción más para vivir en el Valle del Guadalhorce, en la provincia de Málaga, no. Hoy vivir en Alhaurín es dar un salto de calidad de vida, uno grande,  y queda mucho por venir. Más proyectos en la línea exitosa de los que le precedieron aguardan su momento, no queda mucho.
No han pasado dieciocho años y ya Joaquín Villanova es un nombre y un apellido histórico para su pueblo, para Málaga, para Andalucía y para España. Será muy difícil que otro alcalde en el futuro pueda comparársele. Para siempre será el timonel que condujo y realizó el gran cambio y le queda mucho tiempo por delante para seguir por la senda marcada, esfuerzo, inteligencia, transparencia, honradez a carta cabal y mucho Alhaurín de la Torre.
Sí, mala suerte toparse con Joaquín Villanova si se quiere ganar la alcaldía, es comprensible la frustración de sus adversarios. Pero si él no hubiera sido elegido Alcalde Alhaurín de la Torre no sería lo importante, bello y envidiado que es.  Los contemporáneos de Joaquín hemos de adaptarnos, él es el mejor.
No, no es Vilanova, ni Villanueva, es Villanova, como el nombre de la Universidad Villanova, al noroeste de Filadelfia (Pensilvania, USA). No se confundan, Joaquín Villanova Rueda, ciudadano, diputado y alcalde ejemplar. Así lo dirá la historia.

Joaquín L. Ramírez
Presidente de la Comisión de Justicia en el Senado
(Dedicado a sus padres).

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