sábado, 17 de mayo de 2014

EL JOVEN ESTUDIANTE FUENGIROLEÑO EN PRISION POR ABUSOS A COMPAÑEROS ACUMULABA UN TOTAL DE TRES DENUNCIAS


El joven fuengiroleño de 19 años que ha ingresado en la prisión enclavada en nuestro municipio acusado de supuestos abusos y corrupción de menores compañeros de instituto tiene acumulado en su expediente hasta tres denuncias por hechos similares presentadas por otras tantas supuestas víctimas, según afirmaron fuentes cercanas a este caso.

De hecho, la Policía Nacional ha detenido en más de una ocasión a este chico, que cursaba estudios del ciclo formativo de grado medio con la especialidad en Instalaciones Eléctricas y automáticas en el Instituto Ramón y Cajal de la localidad costasoleña.

La primera de esas detenciones tuvo lugar el pasado mes de noviembre y la más reciente, tras la que las autoridades judiciales ordenaron su ingreso en prisión, se produjo hace un mes. Las mismas fuentes apuntan a que las tres supuestas víctimas, todos varones, eran compañeros de instituto del presunto abusador así como que las autoridades ya han dado por culminado el proceso de investigación.

Desde la dirección del centro educativo apuntaron ayer que, «en cuanto se tuvo conocimiento de la primera de las denuncias», desde el Instituto se alertó a la Delegación Provincial de Málaga «para estudiar la posibilidad, incluso, de expulsar al joven, que estaba matriculado en las instalaciones». 

Sin embargo, «la legislación actual no contempla esta medida», de manera que se optó por establecer un «protocolo de vigilancia por seguridad para el resto de los escolares, que habría estado funcionando durante los últimos seis meses, hasta que se produjo la detención por parte de Policía Nacional». 

Aunque no se han desvelado más detalles sobre cómo se estableció este procedimiento de control, los responsables del Ramón y Cajal aseguraron que «ha estado coordinado en todo momento con las autoridades educativas de la Delegación Provincial y con los agentes policiales».

La investigación de este caso se puso en marcha a raíz de una alerta enviada por un estudiante del instituto, quien aseguró que un alumno habría enviado fotografías de alto contenido sexual a otro de sus compañeros. Durante la investigación, las pesquisas revelaron que habría más de una víctima y que los afectados, incluso habrían llegado a sufrir tocamientos en las dependencias educativas, aprovechando los tiempos de descanso durante el recreo. 

Y es que el 'modus operandi' del encarcelado se basaba en amenazar a compañeros a los que presuntamente amenazaba con agredir si no le hacían llegar imágenes con contenido sexual protagonizadas por ellos mismos y que emplearía posteriormente como chantaje para obtener más.

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